Creí que aquel era un amigo buscando a otro y que viviríamos juntos acaudalados de ventura, y tan poco fue así que ahora acabo solo y con éste fino filo adobado que pretende invadir mi licor encarnado.
Fue un invierno, la noche del cumpleaños de su retoño, que la pobre madre en un acto de amor y enajenación fue a buscarlo a un rincón del barrio que luego formó parte de su obituario.
Así, su desgraciado hijo, por culpa del vicio, nunca entendió y en aquel apartamento fue su mamá la que, al verlo muerto, de pena falleció.
Así, su desgraciado hijo, por culpa del vicio, nunca entendió y en aquel apartamento fue su mamá la que, al verlo muerto, de pena falleció.
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