domingo, 29 de noviembre de 2015

Bondis

Son las trascendentales conversaciones que mantienen los conductores de rodados mientras conducen.

Frío

Era casi medianoche y fue un desconocido el que me prestó un abrigo en el frío de esa plaza; tan solo un poco más y se hubiera tajado el fino hilo que contenía el calor de mi lumbre, pues con tanto en mi testa solo quería saltar de aquella cumbre.
Creí que aquel era un amigo buscando a otro y que viviríamos juntos acaudalados de ventura, y tan poco fue así que ahora acabo solo y con éste fino filo adobado que pretende invadir mi licor encarnado.

Fue un invierno, la noche del cumpleaños de su retoño, que la pobre madre en un acto de amor y enajenación fue a buscarlo a un rincón del barrio que luego formó parte de su obituario. 
Así, su desgraciado hijo, por culpa del vicio, nunca entendió y en aquel apartamento fue su mamá la que, al verlo muerto, de pena falleció.